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El barco... ¿fantasma?

Martha GONZÁLEZ ZALDUA

Los escuetos datos oficiales lo describen así:

Buque factoría. Congelador.
Astillero: Astilleros de Kadagua.
Lugar de construcción: Bilbao.
Matrícula: 5833
Eslora: 87,00. Manga: 13, 00. Puntal: 9,20. Calado: 5,60 metros.
Capacidad frigorífica: 2.224 m³
Hélices: 1.
Velocidad: 12 nudos.

1960: 29 de Enero. Botado para Pescafina S. A. Bautizado MARCELINA DE CIRIZA.
1965: Alistado.
1977: 27 de Septiembre. Incorporado a Transhue S.A. Argentina.
1980: Julio. Incendio. Queda inactivo en el puerto de Mar del Plata.
1991: 19 de Junio. Arrastrado por un temporal se hunde en 37º 58’ 06’’ y 57° 32’ 18”. Mar del Plata.

En el barrio de Burceña en Barakaldo, donde el río Kadagua desemboca en la ría de Bilbao, hubo en un tiempo centenares de pequeños edificios y muelles de hormigón, donde se fabricaron todo tipo de buques: frigoríficos, petroleros, porta-contenedores, cargueros y pesqueros.

Allí se construyó el Marcelina de Ciriza, destinado a ser protagonista de esta historia, muy lejos del lugar que lo vio nacer.

Había probado sus cualidades en mares tan agitados como el Cantábrico para recalar en el puerto de la ciudad de Mar del Plata, Argentina.

Por tres años navegó un mar que no era suyo. El Atlántico fue escenario de su rutina pesquera hasta que un incendio lo dejó inactivo, atracado al muelle de la ciudad, a la espera de una resolución de embargo contra la empresa armadora. Un complicado trámite burocrático le impidió navegar. Y allí quedó. Sogas y cadenas lo mantenían alejado del único sitio para el que había sido construido, el mar.

Un día junio de 1991 la ciudad fue azotada por una fuerte tormenta con vientos huracanados y una lluvia torrencial. El barco aprisionado, cortó sus amarras y libre al fin, navegó a lo largo de la franja costera sin sufrir ningún daño.

Marcelina de Ciriza

El Marcelina de Ciriza se construyó en Barakaldo.

Como quien desea repetir antiguos derroteros, una a una fue recorriendo las playas tantas veces vistas y ahora desiertas. Finalmente encalló frente a la avenida Constitución, a ocho millas de su lugar de partida.

Quienes esa noche se aventuraron a salir, fueron asombrosos testigos de su navegación solitaria. Algunos creyeron ver luces y personas en la cubierta del barco, que enfrentaba con decisión, la furia de la tormenta. Y así, comenzaron las historias.

Nadie pudo explicarse cómo en medio de ese vendaval, el “Marcelina de Ciriza” pudo sortear tantas dificultades sin tripulación.

Pero ¿y las luces? ¿y las siluetas entrevistas en cubierta? Al día siguiente, quienes se acercaron al barco encallado, escucharon lamentos y ladridos. Un perro, el “Tuque”, había realizado la travesía. ¿Solo?

Como toda ciudad, Mar del Plata tuvo y tiene sus personajes extravagantes. Don Manuel conocido como “el viejo de los perros”, vivía en Playa Grande rodeado de cerca de veinte perros.

Contador de historias de barcos hundidos y tempestades, él siempre afirmó que el “Tuque” no estaba solo. Navegaban con él los fantasmas que viven en los barcos y antes de encallar lo arrojaron por la borda.

Y se salvó, porque según don Manuel, los perros de los barcos son grandes nadadores. El “Tuque” un perro delgado, marrón y negro, con la cola cortada, descansa a su lado, consciente de su importancia.

Durante dos meses el “Marcelina de Ciriza”1 quedó encallado para satisfacer la curiosidad de habitantes y turistas, hasta que en otra noche de tormenta, se hundió partido por el oleaje.

Prefiero pensar que, cansado de estar recostado sobre la arena, aprovechó la fuerza de las olas, zafó de su varadura y se lanzó nuevamente al mar.

1Ziritza (Ciriza en español) es un municipio de la Comunidad Foral de Navarra, situado en la merindad de Pamplona, a 16 km de la capital de la comunidad, Pamplona. Su población en 2011 era de 111 habitantes.

Fuentes:

Pedrieri, Marcela: El viejo de los perros
Historia de Mar del Plata.
Fotos gentileza Histarmar. Historia y Arqueología Marítimas

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